lunes, 26 de octubre de 2009

EL ARTE DE CATAR



Una Cata es una herramienta muy interesante la cual nos permite analizar y estudiar las características y personalidad de un vino. Es una experiencia en la que participan todos los sentidos y en la que cada uno de ellos nos va hablando de la composición del vino, permitiéndonos conocer, calificar y simplemente dar una opinión sobre el mismo.




Otro de los aspectos interesantes de las catas es que nos permite interactuar con otra personas, las cuales a su vez nos dan sus opiniones y sensaciones que perciben sobre el vino, propiciando una interacción de conocimientos y opiniones, los cuales nos permiten incrementar nuestros conocimientos y nuestra habilidad como catadores.




Si, es cierto, que el catar es màs considerado como un arte que como una ciencia, ya que su metodología es fácil de aprender, màs sin embargo, el tener la habilidad de poder detectar los olores y sabores que encierra un vino, lleva horas de pràctica para poder educar nuestra nariz y gusto.




Dentro de una cata se analiza el vino en tres fases, la parte visual, la olfativa y por el último el gusto, dándonos cada una de las etapas características que nos van hablando sobre la personalidad y composición del vino.




Fase visual.




Lo primero que tenemos que analizar es el estado del corcho, cuidando que estè un poco humedecido por el vino y que su flexibilidad sea buena, esto nos hablarà de si la botella fue guarda correctamente.




Una vez de habernos cerciorado de que el corcho este en buen estado nos serviremos 2/3 de la copa y colocaremos esta a contra luz y a la altura de nuestros ojos, esto en primera instancia nos permitirá ver la limpidez y brillo del vino y el que no tenga residuos, que puedan contaminar la composición del vino. Es importante decir, que sobre todo en los vinos de guarda, los cuales pasaron algún tiempo en barrica, será normal encontrar un poco de sedimentos, propios del tiempo que estuvieron en barricas.




Después para analizar el color del vino, inclinaremos nuestra copa sobre una superficie blanca. El color nos permite conocer la edad del vino, siendo en los tintos los colores rojizos indicio de un vino joven y los colores aladrillados o cobrizos de un vino añejo; mientras que los blancos los reflejos verdosos representan a los jóvenes y los reflejos dorados o ámbar los vinos viejos.




Por último analizaremos la cantidad de glicerol (azúcares) y alcohol, presente en el vino; esto se hace agitando sutilmente nuestra copa y observando las lágrimas o piernas que se forman en las paredes de nuestra copa, entre más gruesas y más lento sea el descenso de estás, mayor será la cantidad de alcohol y glicerol presente en el vino.




Fase olfativa.



Lo primero es oler nuestro vino mientras la copa esta en reposo, esto nos dará a conocer los olores primarios, los cuales son olores, frutales, florales, a minerales y a veces a algunas especies. Estos olores son representativos de cada variedad de uva y del suelo donde crecieron.


Después agitaremos nuestra copa para desprender los olores secundarios, mismos que son propios de la fermentación, permitiéndonos encontrar olores màs lácticos ( gracias la fermentación malolàctica) como, a yogurt y mantequilla y otros propios de las mismas levaduras, los cuales son olores con notas a vegetales.




Por último se deja reposar un poco la copa y se vuelve ha agitar con la finalidad de desprender el bouquet del vino, esto nos da olores propios de la crianza, denotando aromas a chocolate, vainilla, madera, tabaco, pan, entre otros.




En esta fase es muy importante encontrar la limpieza aromática, su nitidez, la ausencia de olores que nos indiquen alguna enfermedad del vino, como azufre, acorchado, a humedad a vinagre, etc. y sobre todo encontrar los matices aromáticos los cuales nos permiten conocer la personalidad del vino.




Fase gustativa.





Lo mejor es tomar un pequeño sorbo y recorrer la boca con el durante un pequeño lapso. Al momento de tragar prestar atención si hay coincidencia entre los sabores y los aromas percibidos anteriormente para verificar que el olfato esta afinado. Luego hay que tener en cuenta la permanencia del gusto, a mayor permanencia, mayor calidad en el vino. En cuanto a los gustos que percibe la lengua hay cuatro que son básicos: dulce, ácido, salado y amargo. Pero hay también otros factores a analizar como la aspereza, acidez, astringencia y tersura.


Los primeros sabores que se perciben son los dulces, los cuales detectamos en la punta de la lengua, estos sabores provienen del alcohol y de los azúcares residuales ; posteriormente encontraremos los sabores ácidos y salados, provenientes de la uva y de los minerales que se encontraban en el suelo donde creció la vid. Las sabores salados los detectaremos en los bordes, mientras que los ácidos en los laterales y debajo ; por último encontraremos los sabores amargos propios de los taninos, este tipo de sabor lo detectaremos en la parte posterior y central de la lengua; es más común encontrar este tipo de sabor en los vinos tintos con barrica.




Un elemento muy importante a considerar dentro de la parte gustativa es el equilibrio que presentan todos los sabores entre sí y el tiempo que dura el sabor del vino en nuestra boca, conocido como postgusto.

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